Publicada originalmente el 20 de septiembre de 2021 en: https://pad.snopyta.org/s/Ire4VSDqd#
Por Ehécatl Cabrera Franco
Introducción
La mañana del viernes 20 de noviembre de 2020, en el sur-oriente de la Ciudad de México parecía que iniciaba un día más de aquel año lleno de incertidumbre, miedo y dolor. Estábamos en la antesala de la segunda ola de la pandemia que azotaría brutalmente todo el país en los siguientes meses y las personas que teníamos las condiciones económicas, continuábamos en confinamiento total.
Cualquier observador externo hubiera percibido que iniciaba una jornada más de trabajo a distancia de un académico de 35 años que debía intercalar su actividad laboral con el apoyo de su pareja en las tareas domésticas y el cuidado de su hijo pequeño. Sin embargo, aunque casi no era perceptible, aquella mañana de viernes me desbordaba la emoción.
Desde temprano arranqué Debian[1] en la computadora de escritorio ubicada en el cuarto de lavado adaptado como espacio de trabajo, y abrí en Firefox[2] el Etherpad[3] y el Ethercalc[4] donde estaba la parrilla con los horarios de las pláticas en línea que se llevarían a cabo ese viernes, el sábado y el domingo. Aquella mañana del 20 de noviembre de 2020 iniciaba la onceava edición del Hackmitin México y era la primera ocasión que el evento se realizaría completamente en línea.
Al final de un año tan difícil, de repente aquel fin de semana me sentía sumamente feliz, con una emoción diferente de la que podía sentir cuando me reunía en línea con algún familiar cercano o amistad muy querida, pero ¿por qué me sentía así? ¿por qué mi participación en el Hackmitin me causaba tanta emoción? ¿por qué es tan importante para mí el movimiento hacker? Pero a pesar de que este relato tiene como punto de partida mi propia biografía, pienso que es más productivo desplazar las preguntas centradas en mí, hacia interrogantes trans-subjetivas»[5], tales como ¿por qué hay hackers en la Ciudad de México? ¿que los hace emocionarse? Y ¿por qué es importante el Hackmitin en México?
Este texto es un ejercicio que mezcla descripciones en dos registros distintos. Por un lado el registro contextual, en el que describo los antecedentes de lo que denomino “movimiento hacker”. Y por otro lado el registro autoetnográfico, en el que, a partir de una descripción de un acontecimiento en el que fui partícipe, intento ponerle cuerpo, lugar y sentir a la figura de hacker.
En un primer apartado realizo un recuento del origen del movimiento hacker, así como del tipo de espacios de encuentro que lo han configurado desde la década de 1990 hasta la fecha y posteriormente hago una descripción autoetnográfica del Hackmitin 2020 durante el confinamiento por la pandemia.
El trabajo es parte de una investigación de doctorado sobre tecnopolítica y televisión comunitaria en México y, a pesar de que se centra en un evento específico, su densidad analítica es resultado de mi participación, desde hace más de diez años, en diversas experiencias hacktivistas.
¿De dónde venimos los hackers?
A pesar de que la figura del Hacker suele asociarse en el vocabulario común con la de delincuente informático, en la intersección del ámbito tecnológico y el activismo político tiene un significado muy distinto.
Su origen está ligado al desarrollo de las computadoras en las universidades estadounidenses durante la década de 1970, y era utilizado para referirse a las personas entusiastas que usaban los primeros dispositivos computacionales, estudiaban su funcionamiento y generaban nuevas aplicaciones prácticas.
Esto sucedía en una época en la que aún no se profesionalizaba el campo de la computación, por lo que estos entusiastas, eran estudiantes de física o matemáticas que se reunían en clubes o laboratorios, espacios en los que se planteaban retos, compartían conocimientos, habilidades técnicas, e incluso afectos, al margen de los planes de estudio.
Otro aspecto crucial que determinó el hacer de estos individuos fue la revolución político-cultural de 1968, movimiento que cuestionó tanto los paradigmas económicos y políticos, como los propios paradigmas científicos. En este contexto, además de su obsesión por las computadoras, estos individuos compartían ideas e inquietudes que circulaban en los campus universitarios, como la crítica al poder centralizado, la búsqueda de formas no jerárquicas de organización, o simplemente la noción de libertad[6].
En las décadas siguientes (1980 y 1990 según la geografía particular), el desarrollo tecnológico permitió que las computadoras salieran de las universidades y los centros de investigación hacia los hogares. Fuera del ámbito científico, las computadoras personales de escritorio también encontraron individuos apasionados que aprovecharon sus capacidades y las adaptaron para resolver problemas nuevos; artistas, periodistas, psicólogas, humanistas, participantes de movimientos sociales. Estos entusiastas, no solo adaptaron esta nueva herramienta a su labor cotidiana, también adoptaron los principios e ideas inscritos en las máquinas; la descentralización, el pragmatismo, la colaboración y la ayuda mutua, nociones que encuentran una síntesis en un par de frases populares hoy en el ámbito hacker; “hagámoslo juntas” y “compartir es bueno”.
A pesar de que los medios masivos de comunicación continuaron alimentando una imagen criminalizante del Hacker, a finales de la década de 1990, con el impulso global que Internet imprimió en las comunicaciones, el movimiento hacker se consolidó como un movimiento político mundial enfocado en el ámbito de las tecnologías digitales.
Sin embargo, no se puede hablar de un movimiento homogéneo o unificado, según las diferentes geografías y contextos, suele tener una orientación específica, como lo señala Maxigas (2014) para el caso europeo, donde identifica que los colectivos de hackers del norte de Italia de los inicios de la década del 2000 solían poner mayor énfasis en la seguridad informática, a diferencia de las experiencias del sur de Italia y España que se enfocaban más en el desarrollo de infraestructuras mediáticas alternativas.
Lo mismo pasa en el caso latinoamericano y en especial en México, donde el movimiento hacker no fue una importación hecha en una fecha específica desde Estados Unidos, más bien se fue configurando a través del tiempo a partir de múltiples intercambios con personas y colectivos, en un inicio europeos y norteamericanos, y actualmente también de América Latina.
Lo interesante en el caso mexicano es que las nociones que sustentan al movimiento hacker anglosajón y europeo fueron mezcladas con ideas y prácticas que operaban en los movimientos políticos locales, especialmente el movimiento indígena y el movimiento zapatista. De esta forma, en México la descentralización, el pragmatismo y la colaboración del ámbito tecnológico encontraron su complemento con nociones como la autonomía indígena, la autogestión y la comunalidad[7].
¿Dónde nos juntamos los hackers?
Antes de la existencia de Internet, la figura de hacker se había originado en espacios de encuentro y experimentación que eran llamados clubes y laboratorios, y como los principios del movimiento tienen que ver con un pragmatismo que requiere del encuentro cara a cara con los pares, la producción de este tipo de espacios ha sido central en la conformación de este movimiento.
A la par de su consolidación como un movimiento político separado de las universidades, en Europa durante la década de 1990 se fue conformando un tipo de espacio propio para el encuentro, el intercambio y la experimentación entre hackers denominado “Hacklab”, el cual, según Maxigas, tenía tres funciones:
la provisión de un espacio social de trabajo para los y las entusiastas de la tecnología clandestina dónde poder aprender y experimentar; el apoyo y la participación en los movimientos sociales; la provisión de unacceso abierto a las tecnologías de información y comunicación para un público más amplio (2014: 79)
Por otro lado, en la primera década de 2000 se configuró desde Estados Unidos otro tipo de espacio denominado «HackerSpace», en el cuál se deja a un lado la militancia en movimientos sociales, para centrarse en el aspecto más técnico del movimiento hacker. Además, a diferencia del modo de organización autogestivo del hacklab, en estos espacios se adoptó un esquema para el sostenimiento de estos lugares mediante el pago de membresías.
Si bien en Europa los hacklabs tuvieron su apogeo a finales de la década de 1990, en México, la situación fue distinta, ya que en esos años, buena parte de los individuos con intereses técnicos y una postura política crítica (hackers) participaban individualmente en organizaciones sociales, y también en aquella época la dinámica de compartir conocimientos, habilidades técnicas y afectos se realizaba en espacios informales dentro de la universidades públicas.
Y, en similitud a lo ocurrido con los primeros hackers formados en el ambiente de la contracultura de principios de los años setenta, en diversos espacios (generalmente de humanidades y ciencias sociales) de las universidades públicas Mexicanas durante la última mitad de la década de 1990, se respiraba un ambiente de crítica a la globalización económica y a la implementación de las políticas neoliberales.
Dicho ambiente tendría como momento inaugural el alzamiento zapatista de 1994 y como momento cristalizante, en el que los estudiantes hicieron suyas las críticas para implementarlas en su realidad cotidiana, la huelga de la UNAM de 1999-2000. Un acontecimiento que marcaría la trayectoria de múltiples jóvenes que vivieron y pusieron en práctica formas alternativas de organizarse y que, cuando salieron de la universidad, aplicaron su experiencia política en diversos ámbitos, como el periodístico, el artístico o el de las tecnologías digitales.
En la Ciudad de México, los primeros hacklabs surgen durante la primera década de 2000, época en la que, a la par de los acontecimientos políticos antes mencionados, ya se vivía una verdadera masificación del cómputo personal y se comenzaba a expandir el servicio de Internet doméstico en el país.
Y fue al inicio de la década siguiente, cuando otro movimiento estudiantil marcaría de nuevo a múltiples universitarios (en esta ocasión de instituciones públicas y privadas), el movimiento Yo soy 132 originado en mayo de 2012, durante el cual el uso de Internet móvil y las redes sociodigitales tuvieron un papel protagónico[8].
Si bien el movimiento no pudo impedir la llegada de Enrique Peña Nieto (EPN) a la presidencia, dentro de las universidades, como fuera de ellas, se generó un ambiente de crítica y urgencia por organizarse para hacer frente a lo que representaba la figura de EPN (corrupción, nepotismo y represión). Dicho ambiente propició que en los siguientes años del surgimiento del movimiento Yo soy 132, se gestaran múltiples colectivos, agrupaciones, cooperativas y otras organizaciones con un sinnúmero de perfiles (feministas, culturales, de defensa del territorio, periodísticas, de comercio justo, etc.), fue en medio de esa efervescencia cuando en 2013 se forma en la colonia Obrera de la Ciudad de México un HackerSpace llamado “Rancho Electrónico”.
Los hackmeetings y el hackmitin
Además de los hacklabs y hackerspaces, existe otro tipo de espacio que convoca anualmente a la comunidad local de hackers en diversos países europeos y latinoamericanos denominado “hackmeeting”. Una jornada autogestionada que suele durar un fin de semana durante el cual se realizan talleres, mesas redondas, charlas, proyecciones, demostraciones, conciertos, entre otras actividades.
El primer hackmeeting se llevó a cabo del 5 al 7 de junio de 1998 en Florencia, Italia y fue descrito en aquel momento como:
un festival al aire libre, un encuentro, una fiesta de hacking, una pausa para la reflexión, una ocasión para el aprendizaje público, un acto de rebelión y de intercambio de ideas, experiencias, sueños,
utopías y amor.
Lo que caracteriza Hack-IT 98 es nuestro deseo de vivir tres días en una forma completamente autoorganizada basándonos en nuestras necesidades. Hack-IT 98 es un evento AUTO-ORGANIZADO: no hay ni organizadores ni usuarios, solo participantes. (Hack-IT 98 – Frequently Asked Questions – English Version, s. f.)
En México el primer Hackmeeting se realizó del 9 al 11 de octubre de 2009 en un Hacklab[9] ubicado en la Zona Autónoma Makhnovtchina[10], un espacio semi-okupa que albergaba diversos proyectos de orientación punk cerca del metro Xola en la Ciudad de México. Los integrantes de este hacklab aprovecharon la presencia en México de un participante del Hacklab Patio Maravillas de Madrid, quien había participado en este tipo de eventos llevados a cabo desde el 2000 en España, para organizar la primera emisión en México que rebautizaron como “Hackmitin” (Pirra, 2014).
Es posible identificar ese año (2009) y ese espacio (Hackmitin) como uno de los principales momentos de integración de la comunidad hacker en México, ya que permitió que individuos y colectividades que trabajaban desde diversos ámbitos (medios libres, movimientos sociales, academia, arte, etc) se encontraran y reconocieran. A partir de entonces se ha auto-organizado anualmente este evento en la Ciudad de Oaxaca (2010), Ojo de Agua, Estado de México (2011), Puebla (2012), San Cristobal de las Casa, Chiapas (2013), Querétaro (2014), San Luis Potosí (2015), Colima (2016), Ciudad de México (2017), Guadalajara (2018) y Querétaro (2019), ampliando la red de relaciones entre individuos y colectivos conforme se mueve la sede.
Mi primer acercamiento con la comunidad hacker fue durante el Hackmitin de 2009, recuerdo que quedé asombrado con el ambiente de cooperación y reciprocidad que se vivía en el lugar y la forma tan radicalmente alternativa como se hacían las cosas, así lo describí en otro texto:
ponían en cuestión varias de las nociones con las que yo me había educado. Se hacían las cosas con otras herramientas (software libre y servidores autónomos); se organizaban de otra manera (sin un jefe que diera órdenes); se tomaban decisiones de diferente manera (mediante consenso en asamblea); se aprendía de manera muy distinta (en talleres y grupos de trabajo autoorganizados sin evaluaciones ni competencia). (Cabrera, 2020: 249)
A partir de ese momento me fui involucrando más en el movimiento hacker mexicano que tendría como principal medio de comunicación una lista de correo electrónico albergada en el servidor Espora[11]. Cuatro años después, en dicha lista de correo recuerdo haber leído la propuesta de organizar un Hackerspace en la Ciudad de México, que posteriormente sería nombrado como “Rancho Electrónico”.
Tengo muy buenos recuerdos de la inauguración del Rancho Electrónico el 8 de junio de 2013, a la que asistí motivado por la plática que impartió Richard Stallman[12]. Aquel día, el local, que compartían con la cooperativa de artistas “Crater Invertido”[13], estaba a reventar, todo el suelo estaba lleno de personas sentadas al rededor de RS, y muchas más personas escuchaban atentas de pié, incluso había gente afuera del lugar intentando escuchar la charla.
Después de la plática, un grupo de son jarocho comenzó a tocar, la gente zapateaba y tomaba mezcal, mientras unos conocidos terminaban de pintar un mural con motivos alusivos al software libre en el exterior, fue una gran fiesta. Meses después, me integré al Rancho Electrónico facilitando un taller de cine documental con software libre y más adelante comencé a participar activamente en su asamblea.
El hackmitin 2020
Ya con la pandemia encima, a mediados de 2020, habían propuestas para realizar el hackmitin en un par de ciudades, pensando que pasaría la crisis sanitaria. Sin embargo, mientras avanzaron los meses, la prolongación del confinamiento nos orilló a realizar el evento en línea, el cual se llevó a cabo del 20 al 22 de noviembre mediante las plataformas libres de videoconferencia Jitsi[14] y BigBlueButton[15], y fue trasmitido en directo por el canal de televisión comunitaria CoAA TV.
Como colaborador de CoAA TV, en los días previos de preparación del evento me auto-propuse como responsable de la transmisión en directo, lo cual me permitió estar en buena parte de las 23 actividades conformadas por talleres, conversatorios, pláticas y sesiones lúdicas (un concierto en un entorno virtual y un baile por videoconferencia).
Después de 8 meses de encierro en el que la angustia, la ansiedad y el miedo eran recurrentes, llegó el momento en el que volvía a tener contacto a distancia con muchos de mis amigas y amigos de la comunidad hacker, lo cual me llenaba de alegría.
En las primeras pláticas del hackmitin un compañero nos explicó su iniciativa de análisis (con software libre) de los datos sobre la pandemia en México y nos contó su experiencia aplicando un programa para recabar información de pacientes en una clínica de Chiapas que no tenía conexión a internet.
Posteriormente una compañera y compañero nos presentaron un estudio sobre las aplicaciones para teléfonos móviles que los gobiernos de América Latina estaban utilizando para monitorear y dar seguimiento a su población durante la pandemia, investigación realizada desde una perspectiva postcolonial. Mientras tanto, se desarrollaba en paralelo un taller sobre violencias en línea desde una perspectiva feminista, y a continuación, una nutrida colectiva latinoamericana presentó el proyecto “Itacate”, que describían como “un conjuro hecho entre mujeres para resolver y compartir colectivamente su alimentación cotidiana”.
Más adelante, una compañera facilitó una actividad lúdica en línea titulada “Devenir.red – trasvestir para transmutar”, mientras que un compañero presentaba una reflexión crítica sobre derechos de autor frente a los derechos a la educación y la cultura en México. Mas tarde, yo impartí un taller introductorio sobre el software libre para transmisión de video “OBS”, mientras otro compañero facilitaba una taller técnico sobre firewall libre.
El primer día de actividades concluyó con un singular concierto realizado dentro de una plataforma web tipo multiplayer (escenario 3d de videojuego) en el que los organizadores pusieron música en vivo y visuales algorítmicas.
El segundo día de actividades inició con un conversatorio muy concurrido en el que se compartieron reflexiones sobre las condiciones laborales durante la pandemia, y en paralelo, una compañera del pionero colectivo español “Sindominio.net” compartió sus experiencias a lo largo de muchos años de trabajo hacktivista. Mas tarde, otra compañera facilitó un conversatorio, con muchos asistentes, en el que se reflexionó sobre las dificultades y violencias que aparecen en los proyectos horizontales y autónomos, titulado “La tiranía de la falta de estructuras y el drama de los platos sucios”.
Posteriormente un compañero compartió un taller de animación cuadro por cuadro con software libre y a continuación una querida amiga facilitó el conversatorio “Ansiedad en tiempos pandémicos”, el cual resultó una actividad entrañable en la que los participantes, más de 30 personas, pudimos escuchar al otro en un ambiente de mucha empatía.
Después, un compañero impartió un taller para crear instaladores personalizables de la distribución Fedora, mientras la comunidad colombiana de Grafoscopio realizaba una de sus sesiones de aprendizaje colectivo denominada “Data roda”. A continuación, uno de los compañeros que participó en el Hacklab Autónomo, facilitó un taller sobre blogs estáticos desde un país europeo en el que actualmente vive.
Más adelante se presentó la plataforma digital para la acción denominada “Museo popular ecológico Bajo Tierra” y posteriormente se presentó el taller técnico “Generador automático de Backends (API + CMS) en NodeJS con KeystoneJS”. Posterior a esto, un compañero facilitó un taller de animación de gŕaficos en 3D y en paralelo, una compañera y dos compañeros que participaron en la organización del primer hackmitin de 2009, compartieron sus recuerdos y experiencias en una emotiva charla titulada “historia del hackmitin”.
El día terminó con la presentación de un artista y DJ brasileño denominada “bailada nerviosa”, en la que mezcló música y animó un singular baile por videoconferencia en el que algunas personas abríamos nuestras cámaras para compartir la imagen de nuestros cuerpos moviéndose al ritmo de la música mientras tapábamos nuestros rostros con alguna máscara que tuviéramos a la mano.
El tercer y último día de actividades inició con un conversatorio en formato de programa de televisión denominado “¿Hackeamos la televisión?”, en el que integrantes de CoAA TV reflexionamos sobre la relación de las tecnologías libres con los medios audiovisuales alternativos y comunitarios. Posteriormente el colectivo brasileño “Anarcotecnologico Mar1scotr0n” presentó la charla titulada “Seguridad de los pies descalzos” y más adelante un compañero facilitó un taller para respaldar pads desde terminal.
El hackmitin 2020 terminó con una reunión en la que participaron varias personas que habían facilitado alguna actividad. En dicha reunión se hizo un balance del encuentro y se compartieron los sentires de las participantes.
En esa reunión de cierre, en la que la mayoría de participantes fueron mujeres, la gratitud hacia todas fue una constante (como no hay un organizador las gracias son distribuidas). También se enfatizó la importancia de los conversatorios no técnicos que fueron sanadores, de escucha, de reconocimiento del sentir del otro, e inspiradores, como lo señaló la compañera RU cuando afirmó que “Es re valioso que hayan espacios técnicos pero también es re valioso la cantidad de espacios para pensarse la vida, inspirarse como el nodo del Itacate” (CoAA TV, 2020).
Otro de los aspectos abordados colectivamente, fue el formato en línea que permitió que nuevas personas participaran, tal como lo señaló la compañera RO, “la posibilidad de que fuera en línea esta vez, permitió que llegara banda que no se había conectado antes o que no es muy cercana a estas comunidades” (CoAA TV, 2020).
Pero también se echó de menos el encuentro cara a cara, más en una jornada que reúne a múltiples amigas y entrañables compañeros, tal como lo expresó la compañera IR “Me dio nostalgia, me dieron muchas ganas de estar compartiendo de manera física” (CoAA TV, 2020).
Si bien al inicio yo sentía emoción y mucha expectativa por lo que sería el primer hackmitin realizado en línea, después de tres pesados días de actividades, sentía una especie de alegría mezclada con serenidad o paz. A pesar del formato en línea, cierto ambiente de colaboración y autonomía lograba colarse por los cables, los altavoces y la pantalla de mi computadora, y no sólo lo sentía yo, varias personas coincidieron en ello, como la compañera RU que expresó que “es raro que sea virtual, pero sentí un poquito de calor de los otros (hackmitins) a los que había asistido en México”(CoAA TV, 2020).
Y justo el hecho de que se realizara en medio de una atmósfera de incertidumbre por la pandemia, hizo de este hackmitin un ejercicio de sanación colectiva, como lo señala la compañera IR “justo lo que hace el hackmitin es hablar de nuestras inquietudes en común, y saber que tenemos más cosas en común que diferencias, y eso en tiempos pandémicos es importante” (CoAA TV, 2020).
Lugares practicados por hackers
Cuando un grupo de jóvenes intercambian sus inquietudes en un aula con enormes máquinas que ocupaban casi todo el espacio disponible en una universidad norteamericana de los años 70, producen un espacio muy diferente al que se genera cuando en es mismo lugar el responsable del laboratorio les explica las reglas y protocolos que están obligados a seguir.
Cuando decenas de personas se reúnen en el oscuro estacionamiento de un viejo edificio en la Ciudad de México para compartir reflexiones críticas y habilidades técnicas, producen un espacio totalmente distinto al espacio que se genera cuando en ese mismo lugar los representantes legales del propietario del edificio le notifican a sus ocupantes que deben desalojarlo.
Cuando una multitud de jóvenes bailan son jarocho después de escuchar la charla del gurú del software libre en una antigua bodega industrial de la colonia Obrera en la Ciudad de México, generan un espacio diametralmente opuesto al que se produce cuando ese mismo espacio es usado como maquiladora.
Cuando, en medio de la pandemia, un hacker enciende su computadora para encontrarse con sus pares, entre escobas, botes, libros, cables y un calentador de agua, se produce un espacio singular. Un espacio único cuya configuración sólo es posible debido a la acumulación de afectos, saberes y modos de hacer durante años anteriores.
Para Michel De Certeau, a diferencia del lugar, el espacio se produce a partir de las prácticas de los sujetos históricos “En suma, el espacio es un lugar practicado. De esta forma, la calle geométricamente definida por el urbanismo se transforma en espacio por intervención de los caminantes” (2010: 129)
Y en medio de la puesta en práctica de uno de los mayores ejercicios planetarios de control de la movilidad y de limitación del encuentro entre las personas (confinamiento), al mismo tiempo, en escala microscópica se pueden identificar experiencias que se las ingenian para hacer comunidad a la distancia. Las hackers mexicanas hicieron ese intento en noviembre de 2020, desde habitaciones, patios, cuartos de lavado, comedores, cocinas o parques, produjeron un espacio que duró tres días.
Un espacio en el que movilizaron, de forma inconsciente, toda la historia del movimiento hacker para sentirse felices, acompañadas, serenas… aunque sea durante un breve instante.
Referencias
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B.A.S.E. (s. f.). Espora Base Autonóma Socio Educativa. Espora.org. Recuperado 15 de septiembre de 2021, de [https://espora.org]{.underline}
Cabrera, E. (2020). “Hackers comunales en la Ciudad de México”. En E. Nava Morales & G. Gitahy de Figueiredo (Eds.), Tejiendo desde la contra-hegemonía. Medios, redes y TIC’s en América Latina. Instituto de Investigaciones Sociales de la UNAM.
Candón-Mena, J. (2018). Identidad colectiva y cultura digital en México: Del EZLN al movimiento Yosoy132. [https://idus.us.es/handle/11441/86614]{.underline}
CoAA TV. (2020, noviembre 26). Despedida Hackmitin 2020. [[http://archive.org/details/despedida-hackmitin-2020]{.underline} (http://archive.org/details/despedida-hackmitin-2020)
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Jodelet, D. (2008). El movimiento de retorno al sujeto y el enfoque de las representaciones sociales. Cultura y Representaciones Sociales, 3(5), Article 5. [http://www.culturayrs.unam.mx/index.php/CRS/article/view/535]{.underline}
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Pirra, I. (2014, mayo 22). Breve historia del Hackmitin en México. Sursiendo. [https://sursiendo.org/2014/05/breve-historia-del-hackmitin-en-mexico/]{.underline}
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Z.A.M. (s. f.). Zona Autónoma Makhnovtchina. Recuperado 15 de septiembre de 2021, de [https://zam.espora.org/about]{.underline}
Notas
- Debian es uno de los más importantes proyectos de software libre que desarrolla un sistema operativo basado en Linux, es reconocido por su modelo comunitario de desarrollo: “Debian no es solamente un sistema operativo Linux. El software se desarrolla mediante la colaboración de cientos de voluntarios de todo el mundo. Usted puede ser parte de la comunidad Debian incluso si no programa ni administra sistemas. Debian se conduce por el consenso y la comunidad y tiene una [estructura de gobierno democrático]{.underline}. Al tener todos los desarrolladores de Debian iguales derechos, no puede ser controlada por una sola empresa” (Debian — Razones para escoger Debian, s. f.) ↩︎
- Firefox es el software libre más popular para navegar en internet. Este navegador es desarrollado por la Fundación Mozilla que en su manifiesto señala. “Estamos comprometidos con un Internet que aumente el pensamiento crítico, la argumentación razonada, el conocimiento compartido y los hechos demostrables.” (El manifiesto de Mozilla, s. f.) ↩︎
- Etherpad es un software libre de edición colaborativa en tiempo real que permite a los usuarios editar documentos de texto usando su navegador web <https://etherpad.org/\>. Diversos proyectos de servidores autónomos suelen ofrecer esta aplicación. ↩︎
- Ethercalc es un software libre de edición colaborativa en tiempo real que permite a los usuarios editar documentos de hoja de cálculo usando su navegador web <https://ethercalc.net/\> ↩︎
- “la tercera esfera, la de la trans-subjetividad, no fue tomada muy en cuenta por lo menos en los últimos años. Esta esfera se compone de elementos que atraviesan tanto el nivel subjetivo como el intersubjetivo. Su escala abarca tanto a los individuos y a los grupos, como a los contextos de interacción, las producciones discursivas y los intercambios verbales” (Jodelet,2008: 53) ↩︎
- “Los nuevos movimientos estudiantiles (de 1968) tuvieron como característica común su fuerza contestataria y sus nuevas concepciones del contenido de la libertad, construida ésta a partir de la crítica y la revuelta conductual frente a las normas y valores establecidos que tejen el orden y la reproducción de las tradiciones instituidas.” (Pozas, 2014: 21 ) ↩︎
- Sobre la posición de la noción de “comunalidad” en una experiencia hacker mexicana, se puede consular el texto “Hackers comunales en la Ciudad de México” (Cabrera, 2020) ↩︎
- El uso las redes para conformar un movimiento descentralizado y los antecedentes de dicho fenómeno han sido analizados por Guiomar Rovira (2017) en el libro “Activismo en red y multitudes conectadas”. ↩︎
- Este hacklab, que posteriormente se llamaría “Hacklab Autónomo”, describía sus actividades de la siguiente manera: “Organizamos talleres abiertos al público y sesiones de trabajo colectiva que denominamos Tech-io. Promovemos la ética hacker y el uso del software y hardware libre como herramientas útiles para el desarrollo de la autonomía tecnológica, el activismo, la seguridad informática y la creación de medios de comunicación libres.” (El Hacklab Autónomo, s. f.) ↩︎
- Este espacio fue cedido por un proyecto editorial zapatista a diversos participantes del movimiento punk. El proyecto, que funcionó de 2009 a 2011, se describía de la siguiente manera: “La ZAM es un espacio autónomo, cultural y comunitario auto-gestionado por diversos colectivos e individuos que reivindican la lucha por la liberación de espacios y la construcción de la autonomía” («Z.A.M.», s. f.) ↩︎
- Espora.org es un proyecto cultural dedicado a la construcción de una infraestructura para el aprendizaje colectivo de tecnologías libres y a la socialización del conocimiento a través de un servidor (una máquina conectada a la Internet) en el que desarrollamos recursos de manera autónoma. (B.A.S.E, s. f.) ↩︎
- “Richard stallman es un físico, programador estadounidense, activista y fundador del movimiento del software libre, del sistema operativo GNU y de la Free Software Foundation (Fundación para el Software Libre).” («Richard Stallman», 2021) ↩︎
- Para mayor información sobre esta cooperativa se puede consultar el sitio web: <http://wiki.craterinvertido.org/index.php?title=Página\_principal\> ↩︎
- Jitsi es un software libre que permite realizar videoconferencias desde un navegador web sin necesidad de registrarse como usuario. Más información en <https://jitsi.org/\> ↩︎
- BigBlueButton es un sistema de videoconferencias, software libre con herramientas muy avanzadas para impartir clases en línea. Más información en: <https://bigbluebutton.org/\> ↩︎